Preguntó pues a los ministros de Faraón que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué causa están hoy tristes vuestros semblantes?
Éste pues le dijo: ¿Por qué tú, siendo hijo del rey, vas macilento de día en día? ¿no quieres decírmelo? Y Amnón le respondió: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalom.
Y él contestó: Habéis tomado mis dioses, que yo me hice, y al sacerdote, y os habéis marchado, y ¿qué más me queda ya? ¿A qué propósito, pues, me decís: qué tienes?
Entonces le decía Elcana su marido: Ana, ¿por qué lloras? ¿y por qué no comes? ¿y por qué se aflige tu corazón? ¿Acaso no te soy yo mejor que diez hijos?