Dentro de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa de Faraón en su mano, como solías hacer antes cuando eras su copero.
Viendo pues el jefe de los panaderos que era buena la interpretación, dijo a José: También yo estaba en mi sueño; y he aquí tres canastos de pan blanco sobre mi cabeza.
Y el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban presos en la cárcel, soñaron sueños ambos a dos, cada uno su sueño en una misma noche, y cada cual conforme a la interpretación de su sueño.
¡Ruégote, oh Señor, que esté atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos que se deleitan en temer tu nombre, y da próspero suceso, te lo ruego, a tu siervo el día de hoy, y concédele que halle misericordia delante de aquel varón! Pues yo era copero del rey.
AQUELLA noche el sueño se huyó del rey; por lo cual mandó traer el libro de los acontecimientos memorables de las crónicas; y fueron leídos delante del rey.