Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zilla, oíd mi voz; mujeres de Lamec, prestad oído a mi dicho; que un hombre he matado por haberme herido, y un mancebo, por haberme pegado.
Y en cuanto a Zilla, ella también parió a Tubal-caín, fabricante de todo instrumento cortante de cobre y de hierro. Y la hermana de Tubal-caín fué Naama.
Mía es la venganza y la retribución; al debido tiempo resbalará su pie; porque se acerca el día de su calamidad, y se apresuran los males preparados para ellos.
Y habiéndoselo dicho a Joatam, éste se fué y púsose sobre la cumbre del monte Gerizim; y alzando la voz, clamó, y les dijo: Oídme, señores de Siquem, para que os oiga Dios.