Y le apareció Jehová aquella noche, y dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque contigo soy yo, y te bendeciré, y multiplicaré tu simiente por causa de Abraham mi siervo.
Y ellos respondieron: Claramente hemos visto que Jehová es contigo; y dijimos: Haya pues juramento entre nosotros, es decir, entre nosotros y tú, y hagamos un pacto contigo,
Y he aquí que yo seré contigo, y te guardaré dondequiera que anduvieres, y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya cumplido lo que he prometido acerca de ti.
Y será como un árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja también no se marchita; y cuanto él hiciere prosperará.
¡no temas, porque contigo estoy yo! ¡no desmayes, porque yo soy tu Dios! ¡te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sustentaré con la diestra de mi justicia!
Cuando pasares por las aguas, estaré yo contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando anduvieres por en medio del fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti:
Y haré que seas para este pueblo como un muro inexpugnable de bronce; y ellos pelearán contra ti, mas contra ti no prevalecerán; porque contigo soy yo, para salvarte y para librarte, dice Jehová.
CUANTOS estén bajo el yugo de servidumbre, tengan a sus propios amos por dignos de toda honra; para que el nombre de Dios y la doctrina no sean blasfemados.
Entonces respondió uno de los mancebos y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí bet-lehemita, que es hábil en tañer, y poderoso en valor, y hombre de guerra, y entendido en negocios, y de varonil hermosura, y Jehová es con él.