que llamó a los hombres de su casa y les dijo: Ya veis que nos ha traído un hebreo para que se riese de nosotros: vino a mí para acostarse conmigo, y yo clamé a grandes voces;
Y vino uno que escapó, y avisó a Abram el Hebreo, el cual habitaba en el encinar de Mamré amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, que eran aliados de Abram.
¡Escuchadme, los que conocéis la justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley! no temáis el vituperio de los hombres, ni os acobardéis con motivo de sus ultrajes:
Ninguna arma forjada contra ti tendrá éxito; y a toda lengua que en juicio se levantare contra ti, condenarás. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su justicia es de mí, dice Jehová.
Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado pervirtiendo a nuestra nación, y vedando pagar tributo a César, y diciendo que él mismo es Cristo, el Rey.
Pues ¿qué gloria es, si cuando pecáis y sois abofeteados, lo sufrís con paciencia? pero si cuando hacéis bien, y padecéis por ello, lo sufrís con paciencia, esto es digno de alabanza para con Dios.