Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era una delicia para los ojos, y árbol deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto, y comió; y dió también a su marido, cuando con ella estaba, y él comió.
Y los hijos de Judá: Er, y Onán, y Sela, y Farés, y Zara; pero habían muerto ya Er y Onán en la tierra de Canaán. Y eran los hijos de Farés, Hezrón, y Hamul.
Los Nefilim estaban en la tierra en aquellos días; y también después de que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos, éstos vinieron a ser los poderosos que hubo en los tiempos antiguos, varones de renombre.
Y aconteció un día, a la hora de la tarde, que David se levantó de su cama, y se paseaba sobre el terrado de la casa del rey. Y desde encima del terrado vió a una mujer que se estaba bañando; y la mujer era sumamente hermosa.
¶Los hijos de Judá: Er y Onán y Sela; tres que le nacieron de la hija de Súa, la Cananea. Mas Er, primogénito de Judá, era malo a los ojos de Jehová, por tanto le quitó la vida.
¶No seáis unidos en yugo desigual con los que no creen: ¿pues qué consorcio tiene la justicia con la iniquidad? ¿o qué comunión tiene la luz con las tinieblas?
y subió y se lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: A una mujer he visto en Timna, de las hijas de los Filisteos; ahora pues tomádmela por mujer.