Y aconteció que cuando Labán oyó las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirle, y le abrazó y besóle, y trájole a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.
Y tomó José de delante de sí porciones para ellos; mas la porción de Benjamín excedía a las porciones de cualquiera de ellos en los cinco tantos. Y bebieron y alegráronse con él.
Unció pues José su carro, y subió a recibir a Israel su padre en Gosén: y se le presentó, y cayó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello repetidas veces.
De manera que Joab fué al rey, y se lo dijo. Entonces David llamó a Absalom, el cual vino al rey, y postróse a tierra sobre su rostro delante de él; y el rey besó a Absalom.
¡Ruégote, oh Señor, que esté atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos que se deleitan en temer tu nombre, y da próspero suceso, te lo ruego, a tu siervo el día de hoy, y concédele que halle misericordia delante de aquel varón! Pues yo era copero del rey.
Mas cuando levantaron los ojos desde lejos, no le conocieron; con lo cual alzaron su voz y lloraron; y rasgando cada uno su manto, esparcieron polvo sobre sus cabezas, hacia el cielo;
Y levantóse, y fué a su padre. Y estando todavía lejos, le vió su padre; y conmoviéronsele las entrañas; y corrió, y le echó los brazos al cuello, y le besó fervorosamente.
Fuése pues el muchacho; y David, levantándose de la parte meridional del peñón, cayó sobre su faz a tierra, postrándose tres veces; y ellos se besaron el uno al otro, y lloraron el uno sobre el otro, hasta que David lloró vehementemente.