ENTONCES Jacob alzó los ojos, y vió que, he aquí Esaú venía, y con él cuatrocientos hombres. Repartió pues los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.
y nos levantaremos, y subiremos a Bet-el, y haré allí un altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino por donde he andado.
Y cuando Faraón se iba acercando, los hijos de Israel alzaron los ojos, y ¡he aquí a los Egipcios que venían marchando en pos de ellos! Y temieron mucho, y clamaron los hijos de Israel a Jehová.
confirmando las almas de los discípulos, y exhortándolos a que permaneciesen firmes en la fe, y enseñándoles que es necesario que por medio de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
el cual nos consuela en toda nuestra aflicción, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.