Y los entregó en manos de sus siervos, cada manada aparte, y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y dejaréis un buen espacio entre manada y manada.
Y mandó al primero, diciendo: Cuando te encontrare Esaú mi hermano, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿y a dónde vas? ¿y de quién son estos que van delante de ti?
Y diréis también: He aquí, tu siervo Jacob viene en pos de nosotros. Porque decía: Aplacaré su ira con el presente que va delante de mí; después de esto veré su rostro; quizás me mirará benignamente.