Y díjole Dios en sueños: Sí, yo sé que con sencillez de tu corazón has hecho esto; y también te detuve yo de pecar contra mí; por eso no te permití tocarla.
Y aconteció que por la mañana, ¡he aquí que era Lea! Y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿No te serví por Raquel? ¿por qué pues me has engañado?
Así lo he pasado por veinte años en tu casa; te serví catorce años por tus dos hijas, y seis años por tu ganado; y tú has cambiado mi salario diez veces.
Y fué así que conforme llegaban los judíos que moraban junto a ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares a donde os volviereis, ellos caerán sobre nosotros.
¿No le has cercado en derredor, así a él como a su casa y a todo lo que tiene? Has bendecido la obra de sus manos de modo que su hacienda se ha acrecentado asombrosamente en la tierra.
Y SIETE mujeres echarán mano de un solo hombre, en aquel día, diciendo: ¡Nuestro propio pan comeremos, y de ropa nuestra nos vestiremos; tan solo seamos llamadas de tu nombre! ¡quita tú nuestro oprobio!
Ninguna arma forjada contra ti tendrá éxito; y a toda lengua que en juicio se levantare contra ti, condenarás. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su justicia es de mí, dice Jehová.
Y en todo asunto de sabiduría e inteligencia en que el rey los consultara, los halló diez veces mejores que todos los magos y encantadores que había en todo su reino.
Cuando yo os hubiere quebrado el báculo del pan, diez mujeres cocerán vuestro pan en un solo horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, mas no os saciaréis.
Así dice Jehová de los Ejércitos: En aquellos días sucederá que diez hombres de todas las lenguas de las naciones se asirán, sí, se asirán de la falda del manto del Judío, diciendo: ¡Iremos con vosotros, porque hemos oído decir que con vosotros está Dios!
por cuanto todos aquellos hombres que han visto mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, no obstante de esto me han tentado estas diez veces, y no han obedecido mi voz,