Y ningún arbusto del campo se hallaba aún en la tierra, y ninguna planta del campo había nacido todavía, (porque Jehová Dios no había hecho llover sobre la tierra), y no había hombre que labrase el suelo;
Y dijo Jehová Dios: He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; ahora pues, no sea que extienda la mano y tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre:
De modo que arrojó al hombre, y colocó al frente del jardín de Edén los querubines y una espada de fuego que daba vueltas por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.