Y a Adam dijo: Por cuanto escuchaste la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé, diciendo, No comerás de él; maldita sea la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida,
y la convertiré en una desolación: no será podada ni labrada, y subirán las zarzas y los espinos; y a las nubes impondré mandato que no lluevan gota sobre ella.
Pues sucederá que en aquel día, sí, sucederá que todo lugar en donde hubiere habido mil vides, del valor de mil siclos, será abandonado a las zarzas y los espinos.
Sembraron trigo, y segaron espinos; sé han cansado con trabajos, mas nada aprovecharán: y seréis avergonzados de vuestros productos, a causa de la ardiente indignación de Jehová.
sabed certísimamente que Jehová vuestro Dios no volverá más a desposeer estas naciones delante de vosotros; sino que ellas os serán como lazos y trampas, como azotes en vuestros costados y espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis de sobre esta buena tierra que os ha dado Jehová vuestro Dios.