Y miró, y vió un pozo en el campo, y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían junto a él; pues de aquel pozo abrevaban los rebaños; y una piedra grande estaba sobre la boca del pozo.
Entonces tomó el siervo diez camellos, de los camellos de su señor, y fué, llevando consigo de lo mejor de todos los bienes de su señor. Levantóse pues, y fué a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
Porque allí se reunían todos los rebaños; y revolvían los pastores la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevaban el ganado; y volvían a poner las piedra sobre la boca del pozo, en su lugar.
No tendrán hambre, ni tendrán sed, y no los herirá calor ni sol; porque Aquel que tiene de ellos compasión, los conducirá, y junto a los manaderos de aguas los guiará.
mas el que bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua, que brote para vida eterna.
porque el Cordero, que está en medio, delante del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de agua de vida; y limpiará Dios de los ojos de ellos toda lágrima.
Lejos del estruendo de los arqueros, en medio de las pilas de aguas, allí recuenten los beneficios de Jehová, los beneficios hechos a los distritos rurales en Israel: ¡ahora baja libremente a las puertas el pueblo de Jehová!