Ruégote que vayas al rebaño, y me traigas de allí dos cabritos buenos; y yo haré de ellos manjares sabrosos para tu padre, como a él le gustan;
y los llevarás a tu padre, para que coma y te bendiga a ti antes de su muerte.
Fué pues Jacob, y los trajo a su madre; e hizo su madre manjares sabrosos, como le gustaban a su padre.
y hazme manjares sabrosos, como me gustan, y tráemelos, para que yo coma y mi alma te bendiga antes que yo muera.
Ahora bien, hijo mío, oye mi voz, conforme a lo que te voy a mandar.
Entonces Manoa dijo al Ángel: Ruégote nos permitas detenerte, para que aderecemos y pongamos delante de ti un cabrito de las cabras.
Tomó pues Isaí un asno cargado de pan, y un cuero de vino, y un cabrito de las cabras, y se los envió a Saúl, por mano de su hijo David.