Acercóse pues y le besó: y él olió el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: y, ¡Mira, el olor de mi hijo es como el olor de un campo que Jehová ha bendecido!
Y bendijo a José, diciendo: ¡El Dios delante de quien anduvieron mis padres, Abraham e Isaac; el Dios que ha sido el Pastor mío desde que existo hasta el día de hoy;
Porque un terreno que ha embebido la lluvia que muchas veces viene sobre él, y produce hierbas útiles para aquéllos a causa de quienes es labrado, recibe bendición de Dios: