Y dijo Jacob a su padre: Soy Esaú, tu primogénito; he hecho como me dijiste; levántate, te ruego, siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.
Entonces llamarás, y Jehová te responderá; clamarás por auxilio, y él dirá: ¡Heme aquí! con tal que apartares de en medio de ti el yugo, el extender con irrisión el dedo, y el hablar vanidad.