y dijo: ¡Bendito sea Jehová, el Dios de mi señor Abraham, que no ha apartado su benevolencia y su fidelidad de mi señor! estando yo en el camino, guióme Jehová a la casa de los hermanos de mi señor.
¶Entonces proclamé un ayuno allí, junto al río Ahava, para humillarnos delante de nuestro Dios, a fin de solicitar de él camino recto para nosotros, y para nuestras familias, y para todas nuestras posesiones.
¡Ruégote, oh Señor, que esté atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos que se deleitan en temer tu nombre, y da próspero suceso, te lo ruego, a tu siervo el día de hoy, y concédele que halle misericordia delante de aquel varón! Pues yo era copero del rey.
y sea la hermosura de Jehová nuestro Dios sobre nosotros; y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, confirma tú la obra de nuestras manos.
Y ellos dijeron: Cornelio, un centurión, hombre justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio de parte de toda la nación de los judíos, tuvo respuesta de Dios, por medio de un santo ángel, que te hiciese venir a ti a su casa, y que escuchase de ti palabras.
Entonces él le dijo: Mira, te ruego; hay un varón de Dios en esta ciudad, que es un hombre insigne; todo cuanto él dice, se verifica sin falta. Ahora pues, vamos allá; quizá él nos dirá el camino por donde debemos andar.