Ahora pues, júrame por Dios, aquí mismo, que no te portarás falsamente conmigo, ni con mi hijo, ni con mi posteridad; sino que conforme a la bondad que yo he usado contigo, así lo harás tú conmigo, y con la tierra en donde has habitado.
Jehová, el Dios del cielo, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró, diciendo: A tu simiente daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, de modo que puedas tomar de allí mujer para mi hijo.
Dijo pues Rebeca a Isaac: Fastidiada de la vida estoy con motivo de las hijas de Het: si Jacob toma mujer de las hijas de Het, tales como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿de qué me servirá ya la vida?
Los Nefilim estaban en la tierra en aquellos días; y también después de que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos, éstos vinieron a ser los poderosos que hubo en los tiempos antiguos, varones de renombre.
Y oró Ezequías delante de Jehová, y dijo: ¡Oh Jehová, el Dios de Israel, que habitas entre los querubines! ¡tú solo eres el Dios de todos los reinos de la tierra: tú hiciste los cielos y la tierra!
Dijo además Huram: ¡Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, el cual ha dado al rey David un hijo sabio, entendido, juicioso e inteligente, que va a edificar una Casa para Jehová, y una casa real para sí.
Y de esta manera nos volvieron a dar respuesta, diciendo: Nosotros somos los siervos del Dios del cielo y de la tierra; y reedificamos la Casa que fué edificada estos muchos años antes de ahora, la cual un gran rey de Israel edificó y acabó.
Y contendí con ellos, y los injurié, y herí a algunos de ellos y arranquéles el cabello, y los juramenté por Dios, diciendo: No daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros.
Tú eres Jehová, tú solo; tú has hecho el cielo, y el cielo de los cielos, con todo su ejército, la tierra con todo cuanto en ella existe; los mares con todo lo que hay en ellos; y tú sostienes en vida a todos ellos; y el ejército del cielo te adora.
se interpondrá juramento de Jehová entre los dos, de que el depositario no ha extendido su mano contra la hacienda de su prójimo; y este juramento lo aceptará el dueño; y no se hará restitución.
Jurado he por mí mismo, la palabra ha salido de mi boca en justicia, y no será revocada, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua jurará lealtad.
¡OÍD esto, los de la casa de Jacob, los que sois llamados del nombre de Israel, y de la fuente de Judá tenéis vuestra procedencia! vosotros que juráis por el nombre de Jehová, y hacéis mención del Dios de Israel, mas no en verdad, ni en justicia.
de manera que quien se bendijere en la tierra, se bendiga en el Dios de verdad; y quien jurare en la tierra, jure por el Dios de verdad; porque habránse olvidado las aflicciones anteriores, y porque estarán encubiertas a mis ojos.
Entonces sucederá que si en verdad quisieren aprender los caminos de mi pueblo, para jurar por mi nombre, diciendo: ¡Vive Jehová! así como enseñaron ellos a mi pueblo a jurar por Baal; serán edificados en medio de mi pueblo.
tomad mujeres y engendrad hijos e hijas; y tomad mujeres para vuestros hijos, y dad vuestras hijas a maridos, para que críen hijos e hijas; y multiplicaos allá y no os dejéis disminuir.
(entonces el sacerdote juramentará a la mujer con juramento de maldición, y le dirá el sacerdote): ¡Jehová te ponga a ti por maldición y por imprecación en medio del pueblo, haciendo Jehová que se te caiga el muslo y que se hinche tu vientre;
¶La mujer casada está bajo obligación mientras viviere su marido; mas si el marido ha muerto, libre está para casarse con quien quiera; sólo que sea en el Señor.
Ahora pues, ruégoos me juréis por Jehová que del modo que yo he usado de misericordia para con vosotros, así vosotros también usaréis de misericordia para con la casa de mi padre, y me daréis una contraseña segura;
Entonces le dijo su padre con su madre: ¿No hay por ventura una mujer entre las hijas de tus hermanos, ni entre todo mi pueblo, para que tú vayas a tomar mujer de los incircuncisos Filisteos? Y respondió Samsón a su padre: Tómame a esta misma, porque ella es perfecta en mis ojos.
Le dijo pues David: ¿Podrás conducirme a donde están aquellos merodeadores? Y él respondió: Júrame por Dios que no me matarás, y que no me entregarás en mano de mi amo, y yo te conduciré a esa gente.