Y vaciando prestamente su cántaro en la pila, corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.
Y luego que acabó de darle de beber, ella dijo: También sacaré para tus camellos, hasta que acaben de beber.
Y el hombre fijando en ella la vista, callaba, por saber si Jehová había prosperado su camino o no.
Y bendijo a José, diciendo: ¡El Dios delante de quien anduvieron mis padres, Abraham e Isaac; el Dios que ha sido el Pastor mío desde que existo hasta el día de hoy;