Entonces respondió Efrón a Abraham, diciéndole:
y habló con Efrón en presencia de todo el pueblo del país, diciendo: ¡Ojalá que tan sólo me escucharas! te doy el valor del campo; admítelo de mí, y enterraré allí mi muerto.
Señor mío, óyeme: El terreno vale cuatrocientos siclos de plata: ¿qué es esto entre mí y ti? entierra pues tu muerto.