Entonces Isaac habló a Abraham su padre, diciendo: ¡Padre mío! Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo: He aquí el fuego y la leña, mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y cuando hubieron llegado al lugar que le dijo Dios, Abraham edificó allí un altar, y puso en orden la leña, y ató a Isaac su hijo, y púsole sobre el altar, encima de la leña.
Elías le dijo otra vez: Ruégote te quedes aquí; porque Jehová me ha enviado al Jordán. Pero él le respondió: ¡Por vida de Jehová, y por vida tuya, que no te dejaré! Siguieron andando pues los dos.
Dijo entonces Amasías al varón de Dios: ¿Y qué haremos por los cien talentos que he dado a la tropa de Israel? A lo que dijo el varón de Dios: Tiene Jehová poder para darte mucho más que eso.
Y todos los que habitan sobre la tierra la adorarán, es decir, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero que fué inmolado desde la fundación del mundo.
los cuales decían a gran voz: ¡Digno es el Cordero que ha sido inmolado, de recibir el poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y la honra, y la gloria, y la bendición!
¶Y ví, de pie en medio de ellos, entre el trono y los cuatro seres vivientes de una parte, y los ancianos de otra, a un cordero, que parecía como si hubiese sido inmolado; el cual tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios, enviados por toda la tierra;
Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Éstos son los que salen de la grande tribulación, y lavaron sus ropas, y las emblanquecieron en la sangre del Cordero.