Y subió Lot de Zoar y habitó en la montaña, él y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar; habitaron pues en una cueva, él y sus dos hijas.
Lot entonces alzó los ojos, y vió la Vega del Jordán, que toda ella era de regadío, hasta llegar a Zoar, (antes que destruyese Jehová a Sodoma y Gomorra), como el jardín de Jehová, como la tierra de Egipto.
Y sucedió que como los hubiesen sacado fuera, le dijo: ¡Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni te pares en toda la Vega; escapa a la montaña, no sea que perezcas!
He aquí tu siervo ha hallado gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia de que has usado conmigo en salvar mi vida; mas yo no puedo escapar a la montaña, no sea que me alcance el mal, y muera.
Mi corazón da alaridos por Moab, cuyos fugitivos huyen hasta Zoar, como una novilla de tres años: porque por la cuesta de Luhit van subiendo con lloro; porque en el camino de Horonaim alzan el grito de quebranto:
Desde donde clama Hesbón hasta Eleale, y hasta Jahaz, dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim, cual novilla de tres años; porque las aguas de Nimrim vendrán a ser desolaciones.