He aquí tu siervo ha hallado gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia de que has usado conmigo en salvar mi vida; mas yo no puedo escapar a la montaña, no sea que me alcance el mal, y muera.
Y subió Lot de Zoar y habitó en la montaña, él y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar; habitaron pues en una cueva, él y sus dos hijas.
¡Inclinad vuestro oído, y venid a mí! ¡escuchad, y vivirá vuestra alma! y yo haré con vosotros un pacto eterno, las misericordias segurísimas prometidas a David.
A lo cual Jeremías respondió: No te entregarán. Obedece, te lo ruego, a la voz de Jehová, respecto de lo que te digo, para que te vaya bien y para que viva tu alma.