En efecto, salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana los que sobrevivieron, he aquí que todos ellos eran cuerpos muertos.
Sí; de modo que no pudo aguantarlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, y a causa de las abominaciones que cometisteis; por lo cual vuestra tierra ha venido a ser un desierto y un asombro, y una maldición, sin habitante; como parece hoy:
Y destruiré vuestros altos, y talaré vuestras imágenes del sol, y echaré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos; y mi alma os detestará.
De esta manera vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán, hasta que seas destruído; por cuanto no habrás obedecido la voz de Jehová tu Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que él te prescribió;
pongo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que infaliblemente pereceréis en breve de sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para poseerla; no prolongaréis los días en ella, sino que seréis del todo destruídos.
He aquí que el jornal de los trabajadores que han segado vuestros campos, el cual ha sido detenido fraudulentamente por vosotros, clama; y los clamores de los segadores han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
¶Así como Sodoma y Gomorra, y las ciudades en torno de ellas, de la misma manera que éstos, habiéndose entregado a la fornicación, y yendo descaminados en pos de otra carne, nos están propuestas, como escarmiento, sufriendo el castigo de fuego eterno.