Porque alzando los ojos miró, y he aquí que tres varones estaban en pie cerca de él; y cuando los vió, corrió a recibirlos, desde la puerta de su tienda, e inclinóse a tierra,
No te vayas de aquí, te ruego, hasta que yo vuelva a ti y saque mi ofrenda, y la ponga delante de ti. A lo cual respondió: Yo me sentaré aquí hasta que tú vuelvas.
Gedeón pues se fué y aderezó un cabrito de las cabras, y de un efa de flor de harina coció ázimos; luego puso la carne en un canasto, y puso el caldo en una olla, y sacándolo, se lo presentó debajo del roble.