Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruída. Mas como el roble y la encina, que el ser cortados, aun queda vitalidad en ellos, así la santa semilla será la vitalidad de ella.
Así dice Jehová: Como cuando se halla el mosto en un racimo bueno, se dice: ¡No lo destruyas, porque hay bendición en él! así haré yo, a causa de mis siervos, no destruyéndolos a todos:
¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!
Y busqué entre ellos hombre que construyese el vallado, y que se pusiese a la brecha delante de mí, a favor de la tierra, a fin de que yo no la destruyese; mas no hallé ninguno.