¡Entonces Abraham tomó a Ismael, su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados con su dinero, a todo varón de entre las personas de la casa de Abraham, y circuncidó la carne de su prepucio en aquel mismo día, luego que hubo acabado Dios de hablar con él.
Porque yo le he conocido a fin de que mande a sus hijos y a su casa después de sí, de modo que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio; para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha prometido acerca de él.
Ahora pues, si escuchareis atentamente mi voz y guardareis mi pacto, me seréis un tesoro especial, tomado de entre todos los pueblos; pues que mía es toda la tierra: