Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los Egipcios vieron la mujer, que era muy hermosa.
Ruégote digas que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por tu causa; así vivirá mi alma por razón de ti.
Viéronla también los príncipes de Faraón, y se la alabaron a Faraón; y fué llevada la mujer a casa de Faraón;
Y los ojos de Lea eran tiernos; mas era Raquel de bella figura y de hermoso semblante.
Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era una delicia para los ojos, y árbol deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto, y comió; y dió también a su marido, cuando con ella estaba, y él comió.
Y aconteció, después de estas cosas, que la mujer de su señor puso los ojos en José, y dijo: ¡Acuéstate conmigo!
que viendo los hijos de Dios que eran hermosas las hijas de los hombres, se tomaron mujeres de entre todas aquellas que escogieron.
Mas yo os digo, que todo aquel que mira a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón.