y dijeron: ¡Vamos! edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue a los cielos, y hagámonos un nombre para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra.
Por tanto se le dió el nombre de Babel; porque allí confundió Jehová la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó Jehová sobre la faz de toda la tierra.
que en repartiendo el Altísimo herencia a las naciones, cuando hizo separarse a los hijos de Adam, iba fijando los límites de los pueblos conforme al número de los hijos de Israel.