Por tanto se le dió el nombre de Babel; porque allí confundió Jehová la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó Jehová sobre la faz de toda la tierra.
Y acontecerá que en aquel día tornará el Señor la segunda vez a extender su mano para recobrar los restos de su pueblo que aun quedaren, de Asiria, y de Egipto, y de Patros, y de Cus, y de Elam, y de Sinar, y de Hamat, y de las islas del mar.
Y el Señor entregó en su mano a Joaquim rey de Judá, y parte de los vasos de la Casa de Dios; y él los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios; y puso los vasos en la casa de los tesoros de su dios.