Y a todo animal de la tierra, y a toda ave de los cielos, y a todo reptil que se arrastra sobre la tierra, que tiene en sí alma viviente, les he dado toda planta verde para alimento; y fué así.
Y toma para ti de todo alimento que se come, y te lo allegarás, para que os sirva de alimento a ti y a ellos.
Todo lo que se mueve y vive, os servirá de alimento; así como las verdes plantas, os lo doy todo.
Sus polluelos chupan la sangre; y en donde haya muertos, allí está ella.
Sus hijos son robustos, crecen en los campos; se van, y no vuelven más a ellas.
El circuito de los montes le suministra pasto; anda buscando toda cosa verde.
Pues mira a Behemot, a quien yo hice lo mismo que a ti, el cual come hierba como el buey.
Y sin embargo, los montes le producen alimento; y allí, junto a él, todas las bestias del campo retozan.
Aquel que hace producir la hierba para las bestias, y las plantas en que trabaje el hombre, para sacar pan de la tierra;
que da al ganado su alimento, y a los hijos del cuervo que claman a él.