tomad mujeres y engendrad hijos e hijas; y tomad mujeres para vuestros hijos, y dad vuestras hijas a maridos, para que críen hijos e hijas; y multiplicaos allá y no os dejéis disminuir.
¿Y no los hizo uno, aunque tenía sobra de aliento vital? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia digna de Dios. Por tanto guardad solícitamente vuestro espíritu, para que ninguno se porte deslealmente para con la mujer de su juventud.
Porque hechura suya somos nosotros, creados en Cristo Jesús para las buenas obras, las cuales había Dios antes preparado, para que anduviésemos en ellas.
¶Pues infórmate, si quieres, de los primeros tiempos, que eran antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, y desde un cabo de los cielos hasta el otro cabo de los cielos, si alguna vez ha habido cosa parecida a esta gran cosa, o si se ha oído hablar de otra parecida a ésta.
Y será que cuando vinieren a nosotros los padres de ellas, o sus hermanos, para demandárnoslas en juicio, les diremos: Hacednos la merced de concederlas a nosotros; pues que no tomamos para cada cual su mujer en la guerra: pues no se las disteis vosotros, para que ahora tuvieseis pecado.