Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba, planta que dé simiente, árbol de fruto que produzca fruto según su género, cuya simiente esté en él, sobre la tierra; y fué así;
porque brotó la tierra hierba, planta que da simiente según su género, y árbol que produce fruto, cuya simiente está en él, según su género; y vió Dios que era bueno.
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da simiente, que está sobre la haz de toda la tierra, y todo árbol que tiene en sí fruto de árbol que da simiente: esto os servirá de alimento.
Y ningún arbusto del campo se hallaba aún en la tierra, y ninguna planta del campo había nacido todavía, (porque Jehová Dios no había hecho llover sobre la tierra), y no había hombre que labrase el suelo;
Y Jehová Dios había hecho nacer del suelo toda suerte de árboles gratos a la vista y buenos para comer, y el árbol de vida que estaba en medio del jardín, y el árbol del conocimiento de bien y del mal.
Y será como un árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja también no se marchita; y cuanto él hiciere prosperará.
Porque de la manera que la tierra brota sus productos, y como el jardín hace crecer sus plantas, así Jehová hará crecer justicia y alabanza en presencia de todas las naciones.
Pues será como árbol plantado junto a las aguas, y que extiende sus raíces junto al río: por tanto no temerá cuando venga el calor, sino que será verde su hoja; y no tendrá cuidado en el año de sequía ni cesará de dar su fruto.
Porque un terreno que ha embebido la lluvia que muchas veces viene sobre él, y produce hierbas útiles para aquéllos a causa de quienes es labrado, recibe bendición de Dios: