No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga el Pacificador: y a Él será tributada la obediencia de las naciones.
¡Acercaos a mí, escuchad esto! no he hablado en secreto desde el principio; desde el tiempo que esto ha sido, allí he estado yo. Y ahora, Jehová el Señor me ha enviado, y también su Espíritu.
y de él hablarás, diciendo: Así dice Jehová de los Ejércitos: ¡Mirad al hombre cuyo nombre es EL VÁSTAGO! y él de su propio tronco brotará; y edificará el Templo de Jehová.
HE aquí pues que voy a enviar mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y repentinamente vendrá a su Templo el Señor a quien buscáis; es decir, el Ángel del Pacto, en quien os deleitéis; he aquí que vendrá, dice Jehová de los Ejércitos.
Y el ángel respondiendo, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te hará sombra: por lo cual también la criatura santa que ha de nacer, será llamada Hijo de Dios.
Les dijo Jesús: Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mi; porque yo procedí y he venido de Dios: porque no vine de mí mismo, sino que él me envió.
Pues lo que no pudo la ley, según estaba debilitada por medio de la carne, lo hizo Dios, el cual, envió a su Hijo en semejanza de nuestra carne pecaminosa, y como ofrenda por el pecado, condenó el pecado en la carne de él:
(con relación a la administración del cumplimiento de los tiempos,) de resumir todas las cosas en Cristo, así las que están en el cielo, como las que están sobre la tierra; en él, digo,
Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.
Así que, por cuanto los hijos participan en común de carne y sangre, él también de la misma manera tomó parte en ellas, para que, por medio de la muerte, destruyese a aquel que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
consistiendo solamente (además de viandas, y bebidas y diversos géneros de bautismos) en reglamentos carnales, impuestos hasta el tiempo de reformación.