Joiada sacó entonces al hijo del rey, y puso sobre él la diadema real, y entrególe el libro del testimonio. Así le hicieron rey, ungiéndole; y dieron palmadas, y dijeron: ¡Viva el rey!
El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí mismo el testimonio; el que no cree a Dios, le ha hecho un mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que ha dado Dios respecto de su Hijo.