he aquí, la mano de Jehová descargará sobre tu ganado que está en el campo, sobre tus caballos, sobre tus asnos, sobre tus camellos, sobre tus vacadas, y sobre tus rebaños, con peste gravísima.
Ellos por tanto trajeron su ganado a José; y José les dió pan por sus caballos, y por sus rebaños, y por sus vacadas, y por sus asnos; de manera que los proveyó de pan por todos sus ganados aquel año.
Y ellos dijeron: El Dios de los Hebreos ha venido a encontrarse con nosotros: permite pues que vayamos camino de tres días en el desierto, y ofrezcamos sacrificios a Jehová, nuestro Dios; no sea que venga sobre nosotros con peste o con espada.
porque no os escuchará Faraón, y pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con juicios grandes.
He enviado contra vosotros la peste a manera de la de Egipto; he matado a vuestros jóvenes con la espada, juntamente con vuestros caballos apresados; e hice que el hedor de vuestros campamentos subiese en vuestras narices: mas no os habéis convertido a mí, dice Jehová.
Ahora pues, he aquí que la mano del Señor está sobre ti, y estarás, ciego, sin ver el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él obscuridad y tinieblas; y andaba en derredor buscando quien le llevase de la mano.
Y estaréis a la mira: si, por el camino de su propio territorio, subiere a Bet-semes, entonces él nos ha hecho este gran mal; mas sino, sabremos que no es su mano la que nos ha herido; es un acaso que nos ha sucedido.