Pues he aquí que el día de mañana, como a estas horas, haré llover granizo de tal manera grave, que nunca habrá habido otro como éste en Egipto, desde el día que se fundó hasta el presente.
Por lo cual envió Jezabel un mensajero a Elías, diciendo: ¡Así hagan conmigo los dioses, y más aún, si mañana, como a estas horas, no pongo yo tu vida como la vida de cualquiera de ellos!
mañana empero, como a estas horas, enviaré mis siervos a ti, y ellos registrarán tu casa y la casa de tus siervos; y sucederá que todo lo que sea más grato a tu vista lo tomarán con su mano, y se lo llevarán.
A LO que respondió Eliseo: ¡Oíd el oráculo de Jehová! Así dice Jehová: Como a estas horas el día de mañana, el seah de flor de harina se venderá por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo, en la puerta de Samaria.
Porque cuando el varón de Dios habló al rey, diciendo: dos seahs de cebada por un siclo, y un seah de flor de harina por un siclo, habrá mañana, como a estas horas, en la puerta de Samaria,
Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y posó en todos los términos de Egipto, excesivamente grave: antes de ella nunca hubo langosta como ésta, ni después de ella jamás habrá otra igual;
Y llenarán tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los Egipcios, cual nunca vieron tus padres, ni los padres de tus padres, desde el día que ellos estuvieron sobre la tierra hasta el día de hoy. Volvióse entonces, y salió de la presencia de Faraón.
Y cayó del cielo sobre los hombres un pedrisco grande; cada piedra como del peso de un talento: y los hombres blasfemaron de Dios, a causa del pedrisco; porque la plaga de él fué sobremanera grande.