Pues he aquí que el día de mañana, como a estas horas, haré llover granizo de tal manera grave, que nunca habrá habido otro como éste en Egipto, desde el día que se fundó hasta el presente.
¿Acaso se gloría el hacha contra aquel que corta con ella? ¿o se engrandece la sierra contra aquel que la maneja? ¡eso sería como si la vara manejase a los que la alzan, o como si el palo alzase al hombre, que no es leño!
A causa de tu rabia contra mí, y por cuanto tu soberbia ha subido y entrado en mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.
¡Ay de aquel que contiende con su Hacedor! (¡un tiesto de entre los tiestos de barro!) ¿Dirá acaso el barro al alfarero: qué haces? ¿o tu obra dirá de ti: no tiene manos?