Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: Suplicad a Jehová que aparte las ranas de mí y de mi pueblo; y yo enviaré el pueblo para que, ofrezca sacrificio a Jehová.
Entonces respondió el rey al varón de Dios: Ruégote supliques el favor de Jehová tu Dios, y ora por mí, para que se me restituya mi mano. Aquel varón de Dios pues suplicó el favor de Jehová, y la mano del rey le fué restituída, y quedó como antes estaba.
En efecto fué dado aviso al rey de Egipto que había huido el pueblo; y mudóse el corazón de Faraón y de sus siervos acerca del pueblo, de modo que decían: ¿Qué despropósito es éste que hemos hecho dejando ir a Israel, para que dejase de servirnos?
¶Entonces Moisés suplicó a Jehová su Dios, diciendo: ¿Para qué, oh Jehová, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza y con mano poderosa?
Entonces dijo Moisés: he aquí que voy a salir de tu presencia, y suplicaré a Jehová, y el tábano se alejará de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo, mañana; mas no vuelva Faraón a obrar con engaño, no dejando ir al pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.
Y dijo Moisés a Faraón: Determina tú mismo para cuándo he de rogar por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, a fin de que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y queden solamente en el río.
Moisés entonces salió de la presencia de Faraón, afuera de la ciudad, y extendió las manos hacia Jehová; con lo cual cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no se derramó más sobre la tierra.
Entonces acudió el pueblo a Moisés, diciendo: ¡Hemos pecado, pues que hemos hablado contra Jehová y contra ti! ruega a Jehová para que quite de nosotros las serpientes. Moisés pues rogó por el pueblo.
¶Y dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega a Jehová tu Dios por tus siervos para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido esta maldad de pedir para nosotros un rey.