Moisés y Aarón pues salieron de la presencia de Faraón; y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas, conforme a la palabra que había empeñado a Faraón.
Moisés entonces salió de la presencia de Faraón, afuera de la ciudad, y extendió las manos hacia Jehová; con lo cual cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no se derramó más sobre la tierra.
Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados. Mucho puede la suplica ferviente del hombre justo.