Y haré distinción en ese día de la tierra de Gosén, en donde mi pueblo está, para que no haya allí tábanos; a fin de que tú sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra:
responderéis: Ganaderos han sido tus siervos desde nuestra mocedad hasta ahora, tanto nosotros como nuestros padres: para que podáis habitar en la tierra de Gosén; porque la mayor abominación a los Egipcios es todo pastor de ovejas.
Y la sangre os servirá de señal en las casas en donde estuviereis; y yo veré la sangre, y os pasaré por alto, de modo que no habrá entre vosotros plaga destructora, cuando yo hiera la tierra de Egipto.
Ahora pues, si escuchareis atentamente mi voz y guardareis mi pacto, me seréis un tesoro especial, tomado de entre todos los pueblos; pues que mía es toda la tierra:
porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todo cuanto en ellos hay, y descansó en el séptimo; por tanto Jehová bendijo el día del Descanso y lo santificó.
Así dice Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: He aquí que con la vara que tengo en la mano voy a herir las aguas que están en el río, y se convertirán en sangre.
Porque si tú no dejas ir a mi pueblo, he aquí que voy a enviar sobre ti, y sobre tus siervos, y sobre tu pueblo, y en tus casas, el tábano; y se llenarán las casas de los Egipcios de tábanos, y también la tierra donde ellos estuvieren.
Le dijo pues Moisés: Cuando yo saliere de la ciudad, extenderé mis manos hacia Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo: para que sepas que de Jehová es la tierra.
E hizo Jehová aquello al día siguiente, de manera que murió todo el ganado de los Egipcios; mas del ganado de los hijos de Israel no murió ni uno solo.
Entonces vosotros volveréis, y echaréis de ver la diferencia que hay entre el justo y el injusto; entre aquel que sirve a Dios, y aquel que no le sirve.