E hicieron de la misma manera los magos, con sus encantamientos, para sacar piojos; mas no pudieron. Había pues piojos en los hombres y en las bestias.
Y aconteció que a la mañana fué perturbado su espíritu; y envió a llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios; y contóles Faraón su sueño; mas no hubo quien se lo interpretase a Faraón.
Entonces vinieron los magos, los encantadores, los caldeos y los astrólogos, y referí el sueño delante de ellos; pero no me dieron a conocer su interpretación.