Jehová entonces volvió a decirle: Mete la mano en tu seno. Y metiendo él la mano en su seno, la volvió a sacar; y he aquí que su mano estaba leprosa, blanca como la nieve.
la mirará el sacerdote; y si viere que el pelo se ha vuelto blanco en la mancha lustrosa, y ella pareciere estar más hundida que la piel, es lepra; ha brotado en la quemadura; el sacerdote le declarará inmundo; llaga de lepra es.
Y la nube se apartó de sobre el Tabernáculo; y ¡he aquí que María era leprosa, blanca como la nieve! Y Aarón volvió el rostro hacia María, y ¡he aquí que era leprosa!