Y dió en aquel día una señal, diciendo: Esta es la señal de que Jehová mismo ha dicho esto: he aquí que el altar será hecho pedazos, y se derramarán las cenizas que están sobre él.
A lo que respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Acaso piensas matarme a mí como mataste al egipcio? Por esto Moisés tuvo miedo, y dijo: ¡Indudablemente se ha divulgado esto!
Y volvió Dios a decir a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: JEHOVÁ, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y este es mi memorial de siglo en siglo.
Vé y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha aparecido, diciendo: Ciertamente yo os he visitado, y he visto cuanto os hacen en Egipto.
Y ellos oirán tu voz. Irás entonces tú, con los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová, el Dios de los Hebreos, ha venido a encontrarse con nosotros: ahora pues permite que vayamos camino de tres días en el desierto, para ofrecer sacrificios a Jehová nuestro Dios.
¶Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ah Señor! nunca he sido hombre elocuente, ni en tiempo pasado, ni desde que hablaste con tu siervo; sino que soy torpe de boca y torpe de lengua.
Mas respondió Moisés en la presencia de Jehová, diciendo: He aquí que los hijos de Israel no me oyen; ¿cómo pues me oirá Faraón, a mí que soy de labios incircuncisos?