Y Moisés dijo a Josué: Escoge hombres para nosotros, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré en pie sobre la cima del collado, con la vara de Dios en mi mano.
Por lo cual madrugaron al día siguiente, y ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios. Luego sentóse el pueblo a comer y a beber, y levantóse a juguetear.
Jehová de los Ejércitos ha jurado por sí mismo, diciendo: Sin falta te llenaré de hombres enemigos, como de orugas, los cuales alzarán contra ti el grito de batalla.
sino que encenderé un fuego contra el muro de Rabbá, que devorará sus palacios, en medio de algazara en el día de batalla, en medio de tempestad en el día del torbellino;
sino que enviaré un fuego contra Moab, que devorará los palacios de Kiryot; y morirá Moab en medio de tumulto, entre griterías y con sonido de trompeta;
Y Josué había mandado al pueblo, diciendo: No gritaréis, ni dejaréis oír vuestra voz, ni saldrá de vuestra boca palabra alguna, hasta el día que yo os diga: ¡Gritad! entonces gritaréis.
¶Entonces el pueblo levantó el grito, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas; pues sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo levantó el grito con grande algazara; y cayó el muro a plomo, y subió el pueblo a la ciudad, cada uno en derechura de sí, y tomaron la ciudad.
Y acontecerá que cuando se prolongare mucho el sonido del cuerno de jubileo, y cuando oyereis el sonido de la trompeta, entonces gritará todo el pueblo con grande algazara; y el muro de la ciudad caerá a plomo, y subirá el pueblo cada uno en derechura de sí.
Él iba llegando a Lehí, cuando los Filisteos alzaron el grito, corriendo a su encuentro. Y arrebatóle el Espíritu de Jehová, de modo que las sogas que estaban sobre sus brazos vinieron a ser como el lino que ha sido quemado del fuego; así se deshicieron las ligaduras de sobre sus manos.
¶Por la mañana, pues, David madrugó, (dejando el rebaño con quien lo guardase), y poniéndose en pie, se fué como Isaí le había mandado; y llegó al atrincheramiento a tiempo que el ejército iba saliendo en orden de batalla y levantaba el grito de combate.
Entonces se levantaron los hombres de Israel y de Judá, y alzando el grito, persiguieron a los Filisteos hasta llegar a Gat, y a las puertas de Ecrón; y cayeron traspasados los Filisteos por todo el camino de Saaraim, y hasta Gat y Ecrón.