Entonces tomó el Libro del Pacto, y lo leyó en alta voz a oídos del pueblo; y ellos respondieron: ¡Nosotros haremos todo cuanto ha dicho Jehová, y seremos obedientes!
Nada había dentro del Arca sino solamente las dos tablas de piedra que colocó allí Moisés en Horeb, cuando Jehová hizo pacto con Israel, al salir ellos de la tierra de Egipto.
Así dice Jehová, el Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres en el día que los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, diciendo:
Ora sea buena, ora sea mala, obedeceremos la voz de Jehová nuestro Dios, a quien te enviamos; para que nos vaya bien cuando obedezcamos la voz de Jehová nuestro Dios.
¶Otra vez pasé cerca de ti y te miré; y he aquí que tu tiempo era tiempo de amor: y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez, y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor; y viniste a ser mía.
¿No tenemos todos un mismo padre? ¿no nos ha creado un mismo Dios? ¿por qué pues nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando así el pacto de nuestros padres?
Y después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.
Y cuando esta epístola haya sido leída entre vosotros, haced que se lea también en la iglesia de los laodicenses; y que vosotros también leáis la otra, traída de Laodicea.