Y la gloria de Jehová hizo mansión sobre el monte Sinaí; y la nube lo cubrió por seis días. Y al séptimo día Dios llamó a Moisés de en medio de la nube.
Y sucedió, luego que hubo hablado Aarón a toda la Congregación de los hijos de Israel, que volvieron el rostro hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová que apareció en la nube.
¶Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí que yo vendré a ti en una nube espesa, a fin de que oiga el pueblo mientras yo hablo contigo, y que también te crea para siempre. Y refirió Moisés a Jehová las palabras del pueblo.
mas el día séptimo es día de descanso, consagrado a Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni el extranjero que habita dentro de tus puertas:
Y creará Jehová sobre toda la extensión del Monte de Sión, y sobre sus asambleas, una nube y un humo de día, y de noche el resplandor de un fuego que eche llamas; porque sobre toda la gloria habrá una cubierta;
Como la apariencia del arco que suele haber en la nube en un día de lluvia, así era la apariencia de la refulgencia al rededor de él. Tal fué la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando la ví, caí sobre mi rostro, y oí una voz que hablaba.
Mas toda la Congregación trató de matarlos a pedradas; y la gloria de Jehová apareció en el Tabernáculo de Reunión, a vista de todos los hijos de Israel.
Y sucedió que como iba juntándose la Congregación contra Moisés y Aarón, volvieron el rostro hacia el Tabernáculo de Reunión; y, he aquí, la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová.
Porque Dios que dijo: Resplandezca la luz de en medio de las tinieblas, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para darnos la luz del conocimiento de la gloria de Dios, en el rostro de Jesucristo.