Ella pues escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su sello, y envió las cartas a los ancianos y a los nobles que había en su ciudad, los cuales habitaban allí juntamente con Nabot.
Luego tomó consigo a los capitanes de cientos, y a los nobles, y a los gobernantes del pueblo, y a todo el pueblo de la tierra, y bajaron al rey de la Casa de Jehová, y fueron por en medio de la puerta excelsa a la casa del rey, e hicieron sentar al rey sobre el trono del reino.
Pero los magistrados no sabían a dónde yo había ido, ni lo que hacía; ni tampoco a los Judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los magistrados, ni a los demás que hacían la obra, hasta entonces se lo había yo dicho.
Entonces Jetro suegro de Moisés tomó holocaustos y sacrificios para Dios; y Aarón y todos los ancianos de Israel vinieron a comer pan con el suegro de Moisés delante de Dios.
Y Jehová dijó a Moisés: Desciende, amonesta al pueblo, no sea que traspasen los límites a fin de llegarse a Jehová, para ver, y caigan muchos de ellos.
Y sus nobles envían a sus criados por agua; van éstos a los pozos, mas no hallan aguas: se vuelven con sus vasijas vacías: avergonzados y confusos, cubren sus cabezas.
¿Cómo pues podrá el siervo de este mi señor hablar con este mi señor? que en cuanto a mí, al instante no fué dejado en mí esfuerzo, ni aliento siquiera se me ha quedado.
Boca a boca hablaré con él; manifiestamente, y no por medio de símiles; y mirará la semejanza de Jehová. ¿Por qué pues no temisteis hablar contra mi siervo Moisés?
y los comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios; y os regocijaréis vosotros y vuestras familias en toda empresa de vuestra mano, en que os habrá bendecido Jehová vuestro Dios.