Tú lo has visto; porque miras el agravio y la vejación, para dar la recompensa con tu mano. A ti se encomienda el desvalido: tú eres el defensor del huérfano.
cuando no oprime a ninguno, sino que devuelve la prenda al deudor; no despoja fraudulentamente a nadie; reparte su pan al hambriento y al desnudo le cubre con vestido;
si el inicuo devolviere la prenda, restituyere lo robado, y anduviere en los estatutos de la vida, sin cometer iniquidad, ciertamente vivirá; no morirá.