Tú lo has visto; porque miras el agravio y la vejación, para dar la recompensa con tu mano. A ti se encomienda el desvalido: tú eres el defensor del huérfano.
En mi angustia seguí clamando a Jehová, si, seguí pidiendo auxilio a mi Dios: él oía desde su templo mi voz, y mi clamor llegaba delante de él, y entró en sus oídos.
porque ese es su único abrigo; es su vestido para cubrir sus carnes; ¿en qué habrá de dormir? pues acontecerá que si clamare a mí, yo oiré, porque soy misericordioso.
Ten cuidado que no haya en tu corazón el depravado pensamiento de decir: Se va acercando el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea malo para con tu hermano menesteroso, de modo que no le des, y él clame contra ti a Jehová; pues será pecado en ti.
En su día le darás su salario; y el sol no ha de ponerse sobre éste en tu poder; porque él es pobre, y tiene puesto su corazón en ello; no sea que clame contra ti a Jehová; pues será pecado en ti.
He aquí que el jornal de los trabajadores que han segado vuestros campos, el cual ha sido detenido fraudulentamente por vosotros, clama; y los clamores de los segadores han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.